viernes, mayo 01, 2009


 


MAYO 15 de 2009

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Universidad ARCIS

Escuela de Historia y Ciencias Sociales

P r o g r a m a

III   Coloquio de Historia Medieval

10:15 hrs.

Apertura

Prof. Pedro Rosas, Director Escuela de Historia y Ciencias Sociales, Universidad ARCIS.

10:30 hrs. Presentación III Coloquio. Prof. Patricio Zamora Navia, Organizador III Coloquio. Cátedra de Historia Medieval, Universidad ARCIS.

11:00 hrs. Prof. Ítalo Fuentes Bardelli, “Una antropología del cuerpo femenino en el siglo XII”, Universidad de Chile/ Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación.

 CAFÉ

12:00 hrs. Prof. Dr. José Manuel Cerda, “Leonor de Inglaterra: una desconocida Plantagenet en el trono de Castilla”, Universidad de Chile.

12:40 hrs. Prof. Dr. Ángel G. Gordo, “Infanta e Infantazgo. La reina doña Sancha, hermana del Emperador Alfonso VII”, Universidad Austral de Chile.

TARDE

15:00 hrs. Prof. Ximena Illanes, “¿Mercenarias de la lactancia o madres sustitutas? Las nodrizas del Hospital de Barcelona durante el siglo XV”. Pontificia Universidad Católica de Chile.

 15:40 hrs. Prof. Rómulo Hidalgo, “Imagen de la mujer en las trobairitz: el caso de Beatriz, Comtessa de Die”, Universidad de Viña de Mar/Universidad de Chile

 16:20 hrs. Presentación de Tesistas. María José Figueroa y Eduardo Muñoz, “Las mujeres medievales en los espacios de marginalidad. Estudio de Casos”, Seminario de Investigación de Sociedades y Mentalidades Medievales, Universidad ARCIS. Eduardo Valenzuela, “Mujer e infanticidio en el manual ‘Malleus Maleficarum’: Notas sobre la construcción de un modelo judicial, Programa Magister en Historia Universidad de Chile.

CAFÉ

 17:00 hrs. Clase Magistral

Prof. Paola Corti Badía, “Las mujeres y los libros: bibliofilia y mecenazgo en la tardía Edad Media”, Universidad Adolfo Ibáñez.    (La profesora Corti es Doctor (c) en Civilisation Médiévale, posee el Diplome d’Ètudes Avancées (DEA) en Civilisation Médiévale del CESCM (Centre d’Études Supérieures de Civilisation Médiévale) de la Universidad de Poitiers, Francia, y es Magíster en Historia por la Universidad Católica de Valparaíso)

 

 

jueves, enero 29, 2009

Universidades "cota mil"




Hace algún tiempo apareció una columna del jesuita Felipe Berrios en la Revista El Sábado de El Mercurio. En ella Berríos observa el dramático contraste que existe entre la realidad que viven los estudiantes de las universidades precordilleranas (de ahí cota mil), respecto de las del valle del mapocho. Creo que la columna es interesante al poner hábilmente de manifiesto una realidad que todos conocen, pero que nadie aborda. Creo que los que tuvimos la suerte de vivir parte del mundo de los ochentas en ese Chile con carácter, sin tanto producto light circulando, podemos valorar lo que significa ser parte de un proceso -del lado que se esté- y lo cancerígeno que puede ser el que hayan planteles universitarios que cual ghetos se desvinculen de la realidad social.


Aquí va la célebre crónica ante la que sobre-reaccionó el rector de la UAI, a pesar de que el padre Berríos no aludía a ese plantel.


Felipe Berríos

Sábado 03 de Enero de 2009


Extranjero en su país


Me invitaron a exponer en un programa de posgrado de una universidad que queda cerca de la cota mil de la cordillera santiaguina. Acepté de inmediato, pues era una novedad ser invitado a esa universidad y tenía ganasde conocerla. Además, para ese día estaba anunciada una protesta estudiantil en varias ciudades del país así que probablemente la actividad laboral sería poca. Un universitario voluntario en un campamento, y que conocía el lugar adonde iba, me ayudó dibujándome un improvisado mapa para llegar. Siguiendo las indicaciones al pie de la letra tuve que atravesar el centro como me lo señalaba el dibujo para tomar una autopista expedita que atravesaba la ciudad. Entonces me vi en medio de la revuelta estudiantil que ya se esparcía por todo el centro de la capital donde se concentran varias universidades formando verdaderos barrios universitarios. El tránsito era constantemente interrumpido y desviado tratando de capear los carros policiales que arrojaban agua y gases lacrimógenos destinados a los estudiantes pero que alcanzaban a todos. Era una verdadera batalla campal. Abrirse paso en medio del caos fue una odisea de mucha tensión. Los lienzos y pancartas que aún estaban en pie en un lenguaje no muy académico denunciaban lo que los universitarios exigían. Los jóvenes pedían garantías para que a los estudiantes de más bajos recursos económicos no se les pusieran obstáculos monetarios para poder seguir estudiando. El torrente de autos que dificultosamente se abría paso entre piedras, agua, gritos y jóvenes corriendo en estampida me condujo milagrosamente a quedar detrás de un camión tolva. Protegido por este gigante que me servía de escudo logré alcanzar la autopista.La excelente carretera y el certero plano me condujeron en unos veinte minutos al destino. A llegar allí, sin embargo, parecía que me había salido del país. Ni las anchas avenidas rodeadas de verde, ni las grandes playas de estacionamiento podían contener el mar de automóviles que rodeaban la universidad como un centro comercial en vísperas de Navidad. Entrar a esa universidad era como entrar en otro mundo. No había jóvenes gritando, ni gas lacrimógeno, ni agua, ni carabineros, ni menos pancartas. Sólo un silencio de cementerio que un amable señor que me esperaba interrumpió para conducirme al lugar de la reunión. Mientras caminábamos, através de los ventanales, se veían grupos dispersos de estudiantes que alegremente conversaban en unos cuidados jardines. Me sentía extranjero en mi propio país pues parecía que la efervescencia estudiantil que había vivido hace poco había sucedido en un lugar muy lejano. Me pregunté ¿qué visión del país tendrá el profesional que salga de esa universidad?, ¿qué vida universitaria tendrá quien tal vez estudió en un colegio de la zona, donde probablemente quede también su casa y entra a esa universidad?, ¿qué diferencia hay entre una universidad así y un colegio particular?, ¿bastará mirar la ciudad desde lo alto y luego enterarse de lo sucedido en ella por las noticias?, ¿será ese el lugar más adecuado para que se forme un universitario?, ¿cómo se llegará a una universidad así sin automóvil? Si se incluyeran estas preguntas en la PSU tal vez los puntajes nacionales serían distintos.

sábado, enero 17, 2009

Dios nos salve María...






Y sin embargo, sigues siendo quien sostuvo al Rey.

Quizás no sean mil, o tres mil, o cinco mil, o un millón las bofetadas, las encerronas, las piedras, las difamaciones, en fin, los ataques que has enfrentado desde los siglos en que apareciste. Quizás una ofensa más, tampoco logre manchar tu blancura celestial, tu calma de cielo con estrellitas y generosa luna, tu reinado natural, tu verdadera conquista de América; más aún, cuando la ofensa venga de un mal parto de escenografías decadentes, de payasas rabiosas, de 'artistas' ciegos, de la anorexia espiritual.

Pero, y a pesar de ello, necesité decir algo, porque, al fin y al cabo, la religión es eso, es la palabra, y la palabra si no se declara no se encarna en nada.

Y ruega por nosotros...

martes, diciembre 23, 2008

Culpable

Hace días, semanas, meses!, que me siento presionado a llenar mi bitácora, pero me declaro incompetente de traducir todo lo lindo que me pasa por estos meses en unas palabras, es difícil y el tiempo tampoco me ha acompañado mucho. Ofrezco, si es que sirve de algo, la foto de uno de los culpables de mi ausentismo. Es toda una labor, lenta y fatigosa, la de los padres que nos negamos a aportar con otro ladrillo en la pared de este mundo de mierda. Cariños a todos los que me leen, mon petite comunité.



domingo, octubre 05, 2008

Zapatitos


Tras estos zapatitos se va mi vida. Son unos zapatitos que van creando senderos y abriendo horizontes donde uno ni se imaginaría. A veces me cansa la velocidad y la intermitencia nerviosa con los que estos zapatitos "planean" en la vida. Muchas veces , unas piernitas y estos zapatitos cuelgan desde mis brazos por el estado de reposo de quien los anima. Por estos zapatitos trancurre mi vida. En los laberintos aciagos, no necesito de Ariadna, pues ya tengo mi propio hilo, estos zapatitos, por los que se va mi vida y que me rescatarían hasta del infierno del Dante.

martes, septiembre 16, 2008

DEL CELULAR AL FEISBUK

No sé si será por mi edad -no creo porque soy un muchachito-, mi pertenencia generacional, mi amargura esencial, mi crítica a flor de labios... en fin, la verdad es que las razones se las dejo a los especialistas, porque a esta hora y en este día n'importe pas ce ça. Bueno el asunto es que hay modas "comunicacionales" que me cargan, y todas son de los '90s y de los hodiernos '00s (o como demonios se diga). Primero el celular, que en parte terminó con el último espacio de libertad que le quedaba al hombre de Occidente -la soledad-; A punta de "repiques" (que fea palabra) acabó con la sonoridad de las conversaciones laaaaaargas, con sus incomodos y, a veces, convenientes silencios. Ya perdí la cuenta las veces en que me han dejado con las palabras en el aire y con una sensación de abandono (los "técnicos de las palabras" habrían dicho "abandono verbal" o algo así, pero algunos creemos que la palabra es mucho más que el verbo) con la frase: "esperame un poquito, ya?...". Y punto, es ese el preciso momento en que la conversación se pudrió. Porque la conversación es como una liturgia, requiere un mínimo de ritualidad, si no, no se produce no más. Alguno estará pensando: "mmmm, y porque no se arma una campaña por "feisbuk" el Pato?, onda "Todos contra el celular"... Y ahí, llegamos al segundo "artefacto comunicacional" que detesto el "feisbuk". Primero era el fotolog, entendible por cuanto representaba una suerte de album de fotos virtual. Pero el "feisbuk", primero el nombre lo encuentro horrible, ya por estar en inglés para mi pierde casi todo el puntaje, pero fuera de eso es una suerte de "panal de circulación" involuntaria donde todos ven de todos: las fotos, las frases, actividades y el más variado campo de preferencias y fetiches. Es un espacio donde es muy fácil suplantar a otra persona -y no me digan que no estamos llenos de esquizos y mitómanos!, yo no más conozco un par-, o suplanterse a si mismo con un imaginario prestado; por último, y esta es la guinda de la torta, en "feisbuk" se hacen campañas desde lo más serio a lo más estúpido, las campañas me dan lo mismo, el tema es el medio, demasiado bastardo, sobretodo, para campañas serias. En todo caso, toda esta distancia mía con estas cosas quizás se deba a mi carácter poco sociable, estas redes implican ingresar a unos clubes patéticos de nostálgicos por su colegio, su club deportivo, los '80s y su sobrevaloración, su "tribu" poke-hueona o la vaina que se ocurra a un ocioso o capeador de sus tiempos de lavoro; por ende, implicaría entrar a un grupo donde todos se acercarían más allá de lo que los quiero. Yo creo que "no hay nadie del otro lado", o por lo menos no "alguienes" que me interesen, por lo menos en esa dimensión "feisbukiana". En fin si quieren disparen contra este pecho senil, retrógrado y amargo, pero no me inviten ni me busquen en feisbuk, no me gusta esa fiesta... si gustan, búsquenme en mi casa, si les abro o no es otra cosa, pero prefiero habitar en libertad.

Post Scriptum 1: El otro día, en una bella conferencia de una bella persona sobre manuscritos medievales y libros de horas, concluí que esos sí eran facebooks, pero a quién le importan los salvajes y oscuros tiempos del medioevo.
Post Scriptum 2: Si sé. si sé, "facebook", pero ¿porque todo se tiene que nombrar en inglés?. Una vez escuché a una autoridad universitaria decir que el inglés era el latín de nuestros días, aún me estoy riendo. Eso sí que no es saber ni mínimamente lo que FUE y ES el latín.

martes, julio 01, 2008

Bicentenario


(Esta es la columna que escribi en la página 519 y 520 del Libro que aparece más arriba. Es sólo una opinión. No una mirada "sabia" de "historiador" frente al Bicentenario. Tengo clarito que el Cronista de la O' o Pisanlov, o mis contertulias cortesanas: Aspacia de Mileto, Aldonza Lorenzo o la mismisima Teresa Wilms Montt, además de la geográficamente distante Polaf, podrían haber dicho cosas más sabias y certeras. Esto es lo que me salio a mi)

Bicentenario y memoria

Patricio Zamora
Universidad Andrés Bello

Plantearse históricamente frente al bicentenario, representa, en cierto
grado, una impostura. Sobre todo, si situamos esta categoría conceptual
en el marco de las formas en que hoy se “hace la Historia” (pensamos
en las perspectivas aportadas por historiadores como Peter Burke, Eric
Hobsbawm y Roger Chartier, entre otros). Bicentenario es una suerte de
emblema utilizado por la cultura oficial (estatal), a fin de hacer significar a
la sociedad chilena, a través de mecanismos persuasivos, lo pertinente que
resulta para la trascendencia de los valores patrios y de la identidad nacional
la celebración de este hito de “nuestra historia”: los doscientos años de
la independencia. Ahora bien, es lícito preguntarse, ¿qué es hoy “nuestra
historia”?, está claro que no es la misma en la que pensaba Diego Barros
Arana, Francisco Encina, Alberto Edwards o Gonzalo Vial.
Cada vez más el concepto de “nuestra historia” se ha ido ampliando a
distintos horizontes temáticos que han sumado a la historia de los acontecimientos
(la historia concebida sólo desde al ámbito político-institucional
y militar) las otras historias, aquéllas que recogen las voces de la
tropa, del campesinado, de la mina, de las mujeres, de los niños, en fin,
de un sinnúmero de sujetos que igualmente constituyen planos de aquella
historicidad. También “nuestra historia” ha sido enriquecida con temas
asociados con las mentalidades y las sensibilidades colectivas, aquí, existen
estudios iniciales, aunque notables, en relación con la muerte (Marco
León), la vida privada (Rafael Sagredo, Cristián Gazmuri, Eduardo Cavieres),
la sexualidad (Eduardo Cavieres, Álvaro Góngora), la vestimenta
(Isabel Cruz), la ritualidad del poder (Jaime Valenzuela M.), los niños y
los populares (Gabriel Salazar), la música (Juan Pablo González y Claudio
Rolle) y otros.

Por ello, que a la hora de conmemorar, se debe ser muy cuidadoso,
sobre todo si es a la Historia a quien se invoca. No es ningún misterio
que existen varios tipos de memoria y de estados de la memoria. La memoria
oficial, colectiva, pública, privada, amnésica, oficial, colectiva, etc.
La memoria en Chile es más bien oficial. Se ha “decretado” en distintas
etapas de nuestra historia. La forma como se ha educado a generaciones
y generaciones de niños y jóvenes en nuestras aulas escolares, en materia
de “memoria patria” ha estado al límite del adoctrinamiento “patriotero”
y simplón. Ni hablar de los períodos militarizados. No olvidemos que aquí
los monumentos son obras públicas, o sea, lo más genuino de la recordación
de las sociedades: el monumento (del latín moneo = advertir) se
decreta. Por lo tanto, siempre existe el peligro que una conmemoración
no sea más que una instrumentalización de una efeméride, cosa muy común
en un país forjado como nación por su matriz estatal. Por lo mismo,
debemos cuidarnos de los claroscuros de una historiografía anclada en
el discurso escrito, en el pasado de crónica. Debemos cuidarnos para no
convertirnos en otro “pueblo sin historia”, al despreciar los otros caminos
–la oralidad, por ejemplo– que de igual manera constituyen la historicidad
de una sociedad.

Pensamos, sin embargo, que este bicentenario puede ser una oportunidad
para que la sociedad chilena comience a construir Su memoria histórica.
No a seguir rezando la memoria que el Estado le ha dictado desde sus
primeros años. Doscientos años es una edad suficiente como para saber
quien se es y quien se fue.

Si asumimos que la multiplicidad de aportes que la historiografía ha
hecho a la re-escritura de una historia de Chile más integral y amplia, ha
generado unas perspectivas de nuestro pasado, notablemente más ricas,
que el de hace cincuenta años, también debemos asumir que la definición
y la valoración del bicentenario debe, también, renovarse. Y es en esta
renovación donde vemos interesantes posibilidades en vista de ir construyendo
una verdadera memoria histórica nacional, basada en la complejidad
de los sujetos y los procesos históricos, y ya no en la caricatura de lo
que fuimos, en el reduccionismo de la efeméride, en el chauvinismo militar,
en los imaginarios heroicos (Bernardo O’Higgins, Arturo Prat, Diego
Portales, José Manuel Balmaceda, Salvador Allende, Augusto Pinochet) en
el pedestre ordenamiento donde una sociedad histórica se encuentra atrapada
en períodos presidenciales (decenios, quinquenios, alianzas, frentes,
unidades, dictaduras, concertaciones). Esta renovación, en definitiva, pasa
a través de cómo esta sociedad compleja, se emancipa del vértice político
y asume su propia naturaleza compleja a la hora de definirse, de comprenderse
y de recordar Su pasado.